lunes, 17 de febrero de 2014

Después de la fotografía

La fotografía analógica empieza a tomar relevancia en el arte gracias al registro que conlleva a un sentido de prevalecer la memoria, esto se deriva de un principio meramente existencial, el poder capturar un momento del presente e inmortalizarlo sobreviviendo nos incluso. Pero me llama mucho la atención como en la era digital se genera un conflicto con lo vulnerable que significaba la fotografía al no encontrarse materialmente. La fotografía digital gana adeptos (por una parte) puesto que el medio análogo se mantiene en cuanto a lo químico y lo orgánico que como sucede, prevalece un tiempo, pero seguidamente como metáfora de la memoria y lo orgánico, se desgasta, se decolora y se pierde la imagen. En contraposición la fotografía digital se establece directamente en una memoria ya no como la imagen de resultados químicos, sino como una imagen resultado de cúmulos de información en donde el ordenador tiene la tarea de decodificar e interpretar a través de programas pre determinados. Es como si la fotografía y el recuerdo  se preservara en un soporte idéntico pero artificial al cerebro humano. El archivo digital al igual que los recuerdos e imágenes pueden ser alterados, los recuerdos en cuanto aumentamos o quitamos según otras personas influencien al memorial colectivo y modifican inconscientemente algunos hechos, dudando así de su veracidad.