¿Por qué el cine ha transformado
la manera de percibir la realidad? Seria para mí la pregunta clave para describir
el texto de Edgar Morín; “El cine o El hombre imaginario”.
El libro dentro de sus primeros capítulos,
hace una reflexión de cómo los aparatos de registro cinematográficos pasan de
ser utilizados de solo registro científico, para convertirse en un medio que reflejaría
la realidad de la tierra, pasando así a crear sensaciones de espectáculo y fascinación
para los espectadores. Pero la pregunta
hacia la relevancia del cine se extiende a cuestionar ¿Qué es aquello que causa
esa sensación y placer al espectador? Morín
aborda que diversos críticos y teóricos
definen al cine como sueños
lucidos, sueños artificiales, la imagen construida oníricamente. De alguna
forma sabemos que los sueños reflejan la realidad, es una construcción
de la realidad, y el cine materializa dichos sueños, crea ficciones. Pero en
sus principios con los hermanos Lumiére el
cine crea una fascinación con la imagen misma de la cotidianidad; “lo fantástico
en lo real”. Desde mi punto de vista esto tiene que ver con un sentido de identidad, es parecido al efecto de la fotografía, sin embargo
en el cine que son secuencia de imágenes, el individuo puede reconocerse en
espacio y tiempo, en movimiento. El tema de la realidad en el cine, me hace
pensar en el escritor en Jean Baudrillard, que habla en su libro “El complot del Arte”, sobre la exageración
en el cine de querer hacer ficticia la
realidad hoy en día, queriéndolo hacer
tan real, que llega a un grado de irrealidad de la imagen. Baudrillard hace una comparación
con King Kong de ahora y King Kong de antes. En la primera versión de King Kong el personaje
es un primate bestial y animal; como se supone que realmente es. En la versión más
reciente King Kong es humanizado y manifiesta sentimientos, como realmente no
es un primate. Y así, se me hace interesante como cada vez esta magia en que el
cine funcione como un pretexto para la imaginación y la subjetividad critica de
la imagen se esté perdiendo con la prostitución
de efectos especiales de industrias masivas del cine.
Regresando a la fascinación que
la imagen causa en el espectador tiene que ver mucho con la ausencia, Morín reflexiona sobre el efecto de la fotografía…
“la primera y extraña cualidad de la fotografía
es la presencia de la persona o la cosa que, sin embargo están ausentes”, la
presencia de la ausencia. Desde que el individuo tiene conciencia de la muerte
y pudo encontrar que existe una manera de hacer legitima la imagen y con esto
todo lo que con lleva, como el aura, la persona misma, el espíritu, la imagen;
la fotografía y el cine tiene mayor trascendencia, es la forma de
inmortalizarse y trascender para el individuo en sí y para sus seres queridos.