miércoles, 13 de febrero de 2013

El Alma del Cine.



El humano en su naturaleza mantiene un lazo con su alrededor, un lazo afectivo que lo acerca por medio de la identificación; Morín habla de una etapa llamada antropomorfismo, esta etapa es en la que asignamos a las cosas materiales y a los seres vivos caracteres propiamente humanos. El cine más tarde jugaría con esta cuestión en la llamada Proyección-identificación, en donde el humano empieza a identificarse primariamente con luces y sombras propiamente del cinematógrafo; una subjetividad que el espectador objetiva según Morín, de forma más compleja, el espectador después de a ver identificado formas en las luces del cinematógrafo, se vuelve a identificar pero ahora de manera más emocional, puesto que el cine aborda situaciones que absorbe de la vida cotidiana, cuestiones como la tristeza y el amor. Morín, mantiene que el cinematógrafo es el espectáculo por excelencia, no hay interrupciones, ni modificaciones en su trayectoria, por lo cual suscita a cierta inquietud al espectador por no poder tener el control por sobre lo que está aconteciendo frente sus ojos, las emociones se potencializan. Otra manera que Morían expone sobre la manera de proyección para el espectador con el cinematógrafo, es la necesidad de reconocerse en una imagen, esta es la forma en que Lumiere atrae a su público, filmándolas para que ellas mismas opten por ir a verse. En la actualidad el cine sigue funcionando con estas tendencias por la proyección-identificación, así mismo cuestiones abusan de esta debilidad del humano así como la publicidad y la mercadotecnia, involucran al espectador, por medio de la identificación de forma que resulte atractiva.         

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